«Un cliente de nuestro gym me contó que llevaba meses en su gimnasio low-cost antes de venir aquí, un lugar dirigido por una pantalla, frío, sin que los usuarios puedan preguntar a nadie, y sin poder pedir una experiencia más personalizada… Se buscaba la vida siguiendo rutinas que encontraba en internet.

Me contó que las primeras semanas notó algo de cambio pero que se estancó a pesar de que iba al gym todos los santos días.  

Decía que llegó a un punto en el que incluso aceptó que su cuerpo era como la película, «lo imposible». Que debía de conformarse con la ayudita extra de los leggins «Push Up». Sí, esos que ponen buen culo a todos, pero que cuando te los quitas vuelvas a la realidad.

Le dije, mira no eres tú el que fallas, tienes buena mentalidad y quieres cuidarte; es el plan que estás siguiendo. 

Ir al gimnasio 7 días a la semana y salir de allí destrozado, como si te hubiera pasado un tren por encima no sirve, tienes que entrenar inteligentemente.

Seguía bastante excéptico, pero le hicimos unas rutinas y le dije, escucha… olvídate de donde vienes y no pienses en el tiempo que has perdido, eso ya no va a voler, solo entrena conforme a la progresión que se sigue en estas rutinas que te vamos a ir haciendo.

Al cabo de unos meses vino y me dijo literalmente: «jamás hubiera pensado que entrenando menos días a la semana podría generar más resultados«.

¿Y qué lección debes aprender de esta historia?. Pues que si te dejas ayudar por las manos correctas vas a conseguir tus objetivos de forma sencilla y rápido.

Dicho todo esto, te cuento lo que le aporta esta rutina a las personas que se han beneficiado de hacerla.